miércoles, 23 de octubre de 2024

DE LAS CASAS Y SU OBRA: BREVÍSIMA RELACIÓN DE LA DESTRUCCIÓN DE LAS INDIAS

 

TRABAJO: ENSAYO CRÍTICO DE LA OBRA DE LAS CASAS.

TIPO DE ENTREGA: El domingo 27 de octubre entre seis siete de la noche de forma digital y recorte para la clase. El que no pueda entregar digitalemente de la forma sugerida entregará este viernes de forma escrita a las 12: 50 en el "loby" del plantel.

INSTRUCCIONES: Lea el pequeño fragmento que se le proporciona el día de hoy de la obra escrita por Fray Bartolomé de Las Casas, denominada Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias y busque la sección dedicada a Cuba y La Española. Leyendo esos segmentos, trate de desentrañar y contestar con sus palabras a las siguientes preguntas: 1. ¿Por qué, según el autor, los españoles inflingían duros castigos a los indígena? ¿Cuáles eran los castigos (al menos tres) más duros impuestos a los indígenas? Luego, citando entre comillas las palabras de Fray Bartolomé de las Casas sustente cuál castigo le pareció a usted más cruel.

El primer párrafo sera un saludo a los compañeros, al profesor  y a los internautas. El segundo párrafo debe comenzarse con las siguientes palabras: "He leído un fragmento de la obra Brevisima Relación de la Destrucción de las Indias y me siento...."

El segundo párrafo lo iniciará  de la siguiente manera: "Precisamente, la causa que indica De las Casas por la que los españoles daban esos castigos era que....."

El tercer párrafo lo iniciará de  la siguiente manera: "Entre los castigos inflingidos que más me impresionaron..."

El cuarto párrafo lo comenzará escribiendo de la siguiente manera: "Sin embargo, el castigo que más me impactó fue en el que..... "( Recuerde cita)

El quinto párrafo lo comenzará escribiendo así:  Finalmente, esta lectura me ha servido para meditar acerca....

Finalmente, recuerde saludar correctamente  a su profesor y compañeros diciendo su nombre, al inicio del ensayo. Además, se le recuerda que se evaluará coherencia de ensayo, ortografía, redaccción, publicación y entrega de recorte.

FECHA DE ENTREGA:  Domingo 27 de octubre entre las seis y las siete de la noche.

Prólogo del obispo don fray Bartolomé de las Casas o Casaus para el muy alto y muy poderoso señor el príncipe de las Españas don Felipe, nuestro señor

Muy alto y muy poderoso señor:

Como la providencia divina tenga ordenado en su mundo que para dirección y común utilidad del linaje humano se constituyesen en los reinos y pueblos reyes como padres y pastores (según los nombra Homero) y, por consiguiente, sean los más nobles y generosos9 miembros de las repúblicas, ninguna duda de la rectitud de sus ánimos reales se tiene o con recta razón se debe tener. Que si algunos defectos, nocumentos10 y males se padecen en ellas, no ser11 otra la causa sino carecer los reyes de la noticia dellos, los cuales si les constasen12, con sumo estudio y vigilante solercia13 extirparían. Esto parece haber dado a entender la Divina Escritura en los Proverbios de Salomón: Rex qui sedet in solio iudicii, dissipat omne malum intuitu suo14, porque de la innata y natural virtud del rey así se supone, conviene a saber: que la noticia sola del mal de su reino es bastantísima para que lo disipe, y que ni por un momento solo en cuanto en sí fuere lo pueda sufrir.

Considerando, pues, yo, muy poderoso señor, los males y daños, perdición y jacturas15 (de los cuales nunca otros iguales ni semejantes se imaginaron poderse por hombres hacer) de aquellos tantos y tan grandes y tales reinos y, por mejor decir, de aquel vastísimo y nuevo mundo de las Indias, concedidos y encomendados por Dios y por su Iglesia a los reyes de Castilla para que se los rigiesen y gobernasen, convertiesen y prosperasen temporal y espiritualmente, como hombre que por cincuenta años y más de experiencia siendo en aquellas tierras presente los he visto cometer, que constándole a Vuestra Alteza algunas particulares hazañas dellos, no podría contenerse de suplicar a Su Majestad con instancia importuna que no conceda ni permita las que los tiranos inventaron, prosiguieron y han cometido, que llaman conquistas; en las cuales, si se permitiesen, han de tornarse a hacer, pues de sí mismas16, hechas contra aquellas indianas gentes, pacíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden, son inicuas, tiránicas, y por toda ley natural, divina y humana condenadas, detestadas y malditas; deliberé17, por no ser reo callando de las perdiciones de ánimas y cuerpos infinitas que los tales perpetrarán, poner en molde algunas y muy pocas que los días pasados colegí de innumerables que con verdad podría referir, para que con más facilidad Vuestra Alteza las pueda leer.

Y puesto que18 el arzobispo de Toledo, maestro de Vuestra Alteza, siendo obispo de Cartagena19, me las pidió y presentó a Vuestra Alteza, pero por los largos caminos de mar y de tierra que Vuestra Alteza ha emprendido y ocupaciones frecuentes reales que ha tenido, puede haber sido que o Vuestra Alteza no las leyó o que ya olvidadas las tiene; y el ansia temeraria e irracional de los que tienen por nada indebidamente derramar tan inmensa copia de humana sangre y despoblar de sus naturales moradores y poseedores (matando mil cuentos de gentes)20 aquellas tierras grandísimas y robar incomparables tesoros, crece cada día, importunando por diversas vías y varios fingidos colores21 que se les concedan o permitan las dichas conquistas (las cuales no se les podrían conceder sin violación de la ley natural y divina, y por consiguiente gravísimos pecados mortales, dignos de terribles y eternos suplicios), tuve por conviniente servir a Vuestra Alteza con este sumario brevísimo de muy difusa22 historia que de los estragos y perdiciones acaecidas se podría y debría componer.

Suplico a Vuestra Alteza lo reciba y lea con la clemencia y real benignidad que suele las obras de sus criados y servidores que puramente23, por solo el bien público y prosperidad del estado real servir desean. Lo cual visto y entendida la deformidad24 de la injusticia que a aquellas gentes inocentes se hace, destruyéndolas y despedazándolas sin haber causa ni razón justa para ello, sino por sola la cudicia y ambición de los que hacer tan nefarias25 obras pretenden, Vuestra Alteza tenga por bien de con eficacia suplicar y persuadir a Su Majestad que deniegue a quien las pidiere tan nocivas y detestables empresas; antes ponga en esta demanda infernal perpetuo silencio, con tanto terror que ninguno sea osado dende adelante ni aun solamente se las nombrar.

Cosa es ésta, muy alto señor, convenientísima y necesaria para que todo el estado de la corona real de Castilla, espiritual y temporalmente Dios lo prospere y conserve y haga bienaventurado. Amén.








ArribaAbajoBrevísima relación de la destruición de las Indias26

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta y nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles. Y la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fue la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban y las vimos las más pobladas y llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas y cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas y cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta y uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe27 o la mayor cantidad de todo el linaje humano.

Todas estas universas e infinitas gentes, a toto genere28 , crio Dios los29 más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas, fidelísimas a sus señores naturales y a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no querulosos30, sin rancores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son así mesmo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión y que menos pueden sufrir trabajos, y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad; que ni hijos de príncipes y señores entre nosotros, criados en regalos y delicada vida no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores. Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales, y por esto no soberbias, no ambiciosas, no cudiciosas. Su comida es tal que la de los Santos Padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos comúnmente son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, y cuando mucho cúbrense con una manta de algodón que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera y cuando mucho duermen en unas como redes colgadas que en lengua de la isla Española llamaban hamacas. Son eso mesmo de limpios y desocupados y vivos entendimentos; muy capaces y dóciles para toda buena doctrina, aptísimos para recebir nuestra santa fe católica y ser dotados de virtuosas costumbres, y las31 que menos impedimentos tienen para esto que Dios crio en el mundo. Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fe, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos para sufrillos ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia, y, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá y muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos ven: «Cierto, estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios».

En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las extrañas y nuevas y varias y nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas32 que vimos, no hay hoy de los naturales della docientas personas.

La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma: está hoy cuasi toda despoblada. La isla de San Juan y la de Jamaica, islas muy grandes y muy felices y graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del norte, que son más de sesenta, con las que llamaban de Gigantes33 y otras islas grandes y chicas y que la peor dellas es más fértil y graciosa que la Huerta del Rey de Sevilla y la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay una sola criatura: todas las mataron trayéndolas y por traellas34 a la isla Española, después que vían que se les acababan los naturales della. Andando un navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertillos y ganallos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas que están en la comarca de la isla de San Juan, por la mesma causa están despobladas y perdidas. Serán todas estas islas de tierra más de dos mil leguas35, que todas están despobladas y desiertas de gente.

De la gran tierra firme36 somos ciertos que nuestros españoles, por sus crueldades y nefandas obras, han despoblado y asolado, y que están hoy desiertas, estando llenas de hombres racionales37, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas. Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías y infernales obras de los cristianos injusta y tiránicamente más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños, y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado que se llaman cristianos en extirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras; la otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen y se resuelven o subalternan como a géneros38 todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa porque han muerto y destruido tantas y tales y tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días y subir a estados muy altos y sin proporción de sus personas, conviene a saber: por la insaciable cudicia y ambición que han tenido, que ha sido la mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices y tan ricas, y las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas, a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad, por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo) no digo que de bestias, porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tratado y estimado, pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, y por esto todos los números y cuentos dichos han muerto sin fe y sin sacramentos. Y ésta es una muy notoria y averiguada verdad que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben y la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que primero muchas veces hobieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.


ArribaAbajoDe la isla Española

En la isla Española, que fue la primera, como dejimos, donde entraron cristianos y comenzaron los grandes estragos y perdiciones destas gentes y que primero destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse y para usar mal dellos y comerles sus comidas que de sus sudores y trabajos salían, no contentándose con lo que los indios les daban de su grado conforme a la facultad que cada uno tenía, que siempre es poca, porque no suelen tener más de lo que ordinariamente han menester y hacen con poco trabajo, y lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano y destruye en un día, y otras muchas fuerzas y violencias y vejaciones que les hacían, comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; y algunos escondían sus comidas, otros sus mujeres e hijos, otros huíanse a los montes por apartarse de gente de tan dura y terrible conversación. Los cristianos dábanles de bofetadas y de palos, hasta poner las manos en los señores de los pueblos; y llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza que al mayor rey señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer.

De aquí comenzaron los indios a buscar maneras para echar los cristianos de sus tierras. Pusiéronse en armas, que son harto flacas y de poca ofensión y resistencia y menos defensa (por lo cual todas sus guerras son poco más que acá juegos de cañas y aún de niños). Los cristianos, con sus caballos y espadas y lanzas comienzan a hacer matanzas y crueldades extrañas en ellos. Entraban en los pueblos ni dejaban niños, ni viejos ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban y hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio o le cortaba la cabeza de un piquete39 o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres por las piernas y daban de cabeza con ellas en las peñas. Otros daban con ellas en ríos por las espaldas riendo y burlando, y cayendo en el agua decían: «¿Bullís, cuerpo de tal?»40 Otras criaturas metían a espada con las madres juntamente y todos cuantos delante de sí hallaban. Hacían unas horcas largas que juntasen casi los pies a la tierra, y de trece en trece, a honor y reverencia de nuestro Redentor y de los doce apóstoles, poniéndoles leña y fuego los quemaban vivos. Otros ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca; pegándoles fuego así los quemaban. Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: «Andad con cartas», conviene a saber41: «Llevá las nuevas a las gentes que estaban huidas por los montes».

Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos, en aquellos tormentos desesperados se les salían las ánimas. Una vez vide que teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros) y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impidían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que verdugo, que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla) no quiso ahogallos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen, y atizóles el fuego hasta que se asaron de espacio como él quería.

Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas, y porque toda la gente que huir podía se encerraba en los montes y subía a las sierras huyendo de hombres tan inhumanos, tan sin piedad y tan feroces bestias, extirpadores y capitales enemigos del linaje humano, enseñaron y amaestraron lebreles, perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos en un credo, y mejor arremetían a él y lo comían que si fuera un puerco. Estos perros hicieron grandes estragos y carnecerías. Y porque algunas veces, raras y pocas, mataban los indios algunos cristianos con justa razón y santa justicia, hicieron ley entre sí que por un cristiano que los indios matasen habían los cristianos de matar cien indios.


DESCRIPTORES DE EVALUACIÓN.

1. SALUDO  COMPLETO........................................................5 PUNTOS

2. INICIO SUGERIDO DE I PARRAFO.................................10 PUNTOS

3. INICIO DE LOS SIGUIENTES PÁRRAFOS..............        20 PUNTOS

3. SELECCIÓN EFECTIVA DE LA ESCENA MÁS  CRUEL..10 PUNTOS

4.ORTOGRAFÍA Y REDACCIÓN ...........................................20 PUNTOS

5. CONTENIDO, PUBLICACIÓN Y RECORTE  DE I.A .......15 PUNTOS

6. SUSTENTACIÓN DE ORIGINALIDAD SIN I.A.................20 PUNTOS


martes, 15 de octubre de 2024

LA JUSTICIA DE BALBOA

 



3.5 -TALLER DE AULA- TRABAJO DE GRUPO

BALBOA EN EL DARIÉN  Y SU FORMA DE IMPARTIR  JUSTICIA

DATOS COMPLETOS:

INSTRUCCIONES:

Joven estudiante, debes leer el segmento del texto de la fuente indicada para hacer un ensayo crítico de tres párrafos titulado: LA JUSTICIA QUE BALBOA IMPONÍA  EN DARIÉN.

El primer párrafo lo comenzarás escribiendo lo siguiente:  He leído con atención el fragmento del cronista Oviedo y me siento…

El segundo párrafo lo iniciarán escribiendo lo siguiente:  Dado lo anterior, yo……, considero que  la justicia de Balboa, en este tema, era…..

Para el cierre usarás como palabra iniciales: Finalmente, situaciones con estas nos deben hacer reflexionar  y se hace necesario que nosotros….

El trabajo debe ser escrito como comentario en el blog indicado  y luego deberás obtener captura de tu opinión completa. Debe ser publicado entre las  SEIS y las siete de la noche del día sábado 19 de octubre.

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FRAGMENTO DE la Historia General y Natural de la Indias del cronista Gonzalo de Oviedo.   Página 20

“…y el cagique della se llamaba Torecha, y púsosele en defensa y matáronle en la guagábara á él y algunos indios suyos; y allí se halló un hermano suyo, vestido como müger, con   naguas, y usaba como muger, con los hombres, y otros dos indios de la mesma manera, que usaban como mugeres y assi con naguas : y los tenía el cacique por mancebas. Y esto se hacia en aquellas partes principalmcnte entre los caciques é otros indios, que se presciaban de tener tres é quatro, y aun veynte indios, para este sucio y abominable pecado. Y en aqueste viage hizo Vasco Nuñez quemar é aperrear quassicinqiienta destos, y los mismos caciques se los traían sin se los pedir, desque vieron que los mandaba matar, lo qual hacia porque les daba á entender que Dios en el cielo estaba muy enojado con ellos, porque hagian tal cosa, y por esso caian tantos rayos é tan espantables truenos; é por esso no les quería dar Dios el mahiz y la yuca. Y deste temor, porque Dios aplacasse su ira, le llevaban aquellos camayoas…”

 

INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN

 

DESCRIPTOR

ptos

 

1

Saludo inicial completo al profesor y los compañeros

5

 

2

Pone un título centrado.

3

 

3

Inicia cada uno de los párrafos de la forma indicada.

5

 

4

Buen y suficiente contenido.

10

 

5

Ortografía y redacción correcta.  Apariencia de ensayo crítico.

10

 

6

Autoevaluación crítica

2

 

7

 

30

 

 

NOTA: El estudiante que no pueda comentar en el blog, deberá entregar el trabajo escrito a máquina este viernes a las12.40 p.m en el “loby” del plantel.


miércoles, 25 de septiembre de 2024

CASTILLA DEL ORO Y BALBOA

 DATOS PREVIOS:

Apreciados estudiantes, el primer nombre conocido de


El primer nombre hispano de Panamá, fue VERAGUA. Luego, por breve tiempo su nombre cambió a Castilla del Oro. Pero, por qué cambió precisamente a ese nombre. La causa se encuentra en una de las cartas escritas por  Vasco Núñez de Balboa al rey.  

INSTRUCCIONES ESPECIALES:

Debe hacer un comentario en la sección de comentarios relacionado con el cambio de nombre de Veragua a Castilla del Oro. Para eso debes leer todo el documento escrito por Vasco Núñez para que cuando escribas tu comentario, específicamente en el blog, sustentando tu opinión, puedas citar e insertar entre comillas, tres oraciones poderosas que justifican, de acuerdo a tu opinión, el cambio de nombre de Panamá. Debes hacer énfasis en tu escrito acerca de cual es la oración o frase más poderosa que justificó el cambio de nombre.  Luego, también debes comentar tu opinión acerca de cómo consideras o  qué te parece el tratamiento que da Vasco Núñez a los reyes. Al finalizar el comentario y publicarlo deberás hacer un recorte de pantalla y pegarlo en el cuaderno. Luego debes escribir los criterios de evaluación de este trabajo.

En modo alguno se aceptará que el comentario se escriba en forma de CUESTIONARIO. Si lo hace, su trabajo no será evaluado.

FECHA DE ENTREGA: 

DOMINGO 29 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 2024 ENTRE LAS CINCO Y LAS SEIS DE LA TARDE, SOLAMENTE. 


DESCRIPTORES DE EVALUACIÓN.

1.SALUDO COMPLETO ... 5 PUNTOS

2. SUSTENTA E INSERTA FRASES U ORACIONES ....  10

3. SUSTENTA FRASE PODEROSA.......10

4. SUSTENTA TRATAMIENTO ........5 PUNTOS

5. REDACCIÓN Y ORTOGRAFÍA...........10

6. TRABAJO RECORTADO Y PEGADO EN EL CUADERNO...............5

7. CALIDAD DE ESCRITO MUY LEJOS DE CUESTIONARIO........ 10

8. CUMPLIMIENTO DE ENTREGA EN HORARIO...........................10

TOTAL 65 PUNTOS.



A continuación, tengamos el placer de leer a Vasco Núñez de Balboa.


Cristianísimo i mui poderoso señor:

Hago saber a vuestra mui real alteza que anvos a dos governadores, ansi Diego de Nicuesa como Alonso de Ojeda, dieron mui mala cuenta de sí por su culpa, que ellos fueron causa de su perdición por no saberse valer, y porque después que a estas partes pasan toman tanta presunción y fantasía en sus pensamientos que les parece ser señores de la tierra y desde la cama han de mandar la tierra y governar lo que es menester... i la cualidad de la tierra es tal que, si el que tuviere cargo de governarla se duerme, quando quiere despertar no puede, porque es tierra que quiere que el que la regiere la pase e la rodee muchas vezes, i como la tierra sea mui trabajosa de andar a cabsa de los muchos ríos i ciénagas de grandes anegadizos i sierras donde muere mucha del grande trabajo que se recibe, hacénsele de mal ir a recibir malas noches i pasar trabajos, porque cada día es menester ponerse a la muerte mil vezes...

La mayor parte de su perdición ha sido el mal tratamiento de la gente, porque creen que desde que acá una vez lo tienen, que los tienen por esclavos... Principalmente he procurado, por doquiera que he andado que los indios desta tierra sean mui bien tratados, no consintiendo hacerles mal ninguno, tratándoles mucha verdad, dándoles muchas cosas de las de Castilla por atraerlos a nuestra amistad. Ha sido cabsa tratándoles verdad que he sabido dellos mui grandes secretos i cosas donde se puede haver mui grandes riquezas en mucha cantidad de oro de donde vuestra mui real alteza será mui servido... Sabrá vuestra mui real alteza que después que aquí estamos havemos corrido tanto a unas partes i a otras a cabsa de la mucha necesidad que havemos tenido que me espanto como se ha sufrido tanto trabajo y las cosas que han subcedido más han sido por mano de Dios que por mano de gentes.

Yo he procurado de nunca fasta oy haver dexado andar la gente fuera de aquí sin ir delante, hora fuese de noche o de día, andando por ríos i ciénagas i montes i sierras, i las ciénagas desta tierra no crea vuestra real alteza que es tan liviana que nos andamos folgando, porque muchas veces nos acaece ir una legua i dos i tres por ciénagas i agua desnudos i la ropa cogida puesta en la tablanchina encima de la cabeza, i salidos de unas ciénagas entramos en otras i andar desta manera que todo lo que sea habido fasta hoy de lo hacer mui bien repartir, ansi el oro como guanín y perlas, sacando lo que pertenece a vuestra mui real alteza, como todas las otras cosas, ansi de ropa como de cosas de comer, que fasta aquí havemos tenido en más las cosas de comer que el oro, porque teníamos más oro que salud, que muchas veces fue en muchas partes que holgávamos de hallar una cesta de maíz que otra de oro. Mui poderoso señor, lo que yo con buena industria i mucho travajo con la buena bentura he descubierto es esto.

 En esta provincia del Darién hai descubiertas muchas i mui ricas minas, hai oro en mucha cantidad: están descubiertos veinte ríos, i treinta que tienen oro salen de una sierra que esta fasta dos leguas desta villa. Yendo este río grande (de San Juan) arriba treinta leguas sobre la mano esquierda entra un río mui hermoso i grande, yendo dos días por el arriba estaba en cacique que se dice Dabaive, mui grande señor i de mui grande tierra i mui poblada de gente, tiene oro en mucha cantidad en su casa, i tanto que para quien no sabe las cosas desta tierra será bien dudoso de creer...: dícenme muchos indios que lo han visto que tiene este cacique Davaive ciertas cestas de oro que cada una dellas tiene un hombre que llevar a cuestas... Estos indios que cogen este oro lo traen en granos como lo cogen por fundir i lo rescatan con este cacique Davaive, dales en precio por rescate indios mancebos y muchachos para comer, i indias para que sirvan a sus mugeres, no las comen, dales puercos en esta tierra muchos, dales mucho pescado i ropa de algodón i sal, dales piezas de oro labradas como ellos las quieren... este cacique Davaive tiene grande fundición de oro en su casa: tiene cientos de hombres a la cantina que labran oro, esto es por todo nueva cierta... 

Lo que por esta costa abajo hacia el poniente hay es que yendo veinte leguas de aquí hay una provincia que se dice Careta, hay en ella ciertos ríos que tienen oro, lo sé de algunos indios e indias que aquí están en esta Villa no se han ido a bajar por no alborotar la tierra que está de paz porque somos pocos hasta que haya más gente; yendo más la costa abajo hasta cuarenta leguas de esta Villa entrando la tierra adentro hasta doce leguas está un Cacique que se dice Comogre, y otro que se dice Pocorosa,  i a donde pueda haver tanto oro i tanta riqueza conque se puede conquistar mucha parte del mundo...están tan cerca de la mar el uno como el otro, tienen mucha guerra los unos con los otros, en toda la tierra tiene cada uno de ellos un pueblo y dos a la costa de este mar, de donde se mantienen de pescado la tierra dentro; en casa de estos dos Caciques me certificaron los indios que hay ríos de oro muy ricos, está(n a) una jornada de este cacique Pocorosa unas sierras las más hermosas que se han visto en estas partes, son sierras muy claras sin ningún monte, salvo alguna arboleda que está por algunos arroyos que descienden de las sierras. Están allí en aquellas sierras ciertos Caciques que tienen oro en mucha cantidad en sus casas; dicen que los tienen todos aquellos Caciques en las barbacoas como maíz, porque es tanto el oro que tienen que no lo quieren tener en cestas, dicen que todos los ríos de aquellas sierras que tienen oro, y que hay granos muy gordos en mucha cantidad, la manera como se coge es que lo ven estar en el agua y lo apañan y lo echan en sus cestas; asimismo, lo cogen en los arroyos desde que están secos, y para que Vuestra muy Real Alteza de las cosas de aquellas le envío un indio errado de los de aquella tierra que lo ha cogido él muchas veces; esto no lo tenga Vuestra muy Real Alteza a cosa de burla porque de verdad yo estoy bien certificado de muchos indios principales y caciques.

 Están allí en aquellas sierras ciertos Caciques que tienen oro en mucha cantidad en sus casas; dicen que los tienen todos aquellos Caciques en las barbacoas como maíz, porque es tanto el oro que tienen que no lo quieren tener en cestas, dicen que todos los ríos de aquellas sierras que tienen oro, y que hay granos muy gordos en mucha cantidad, la manera como se coge es que lo ven estar en el agua y lo apañan y lo echan en sus cestas; asimismo, lo cogen en los arroyos desde que están secos, y para que Vuestra muy Real Alteza de las cosas de aquellas le envío un indio errado de los de aquella tierra que lo ha cogido él muchas veces; esto no lo tenga Vuestra muy Real Alteza a cosa de burla porque de verdad yo estoy bien certificado de muchos indios principales y caciques.

Yo Señor he estado bien cerca de aquellas sierras hasta una jornada, no he llegado a ellas porque no he podido a causa de la gente, porque llega hombre hasta donde puede y no hasta donde quiere, por el canto de aquellas sierras van unas tierras muy llanas, van la vía de hacia la parte de mediodía, dicen los indios que está la otra mar de allí tres jornadas; dícenme todos los caciques y los indios de aquella provincia de Comogre que hay tanto oro cogido en piezas en casa de los caciques de la otra mar que nos hacen estar a todos fuera de sentido; dicen que hay por todos los ríos de la otra costa oro en mucha cantidad y en granos muy gordos dicen que a casa de este Cacique Comogre vienen indios de la otra mar en canoas por un río que llegan a casa del cacique Comogre y traen oro de minas por fundir en muy gordos granos y mucho; el rescate que les dan por el oro es ropa de algodón e indios e indias hermosas, no los comen como la gente de hacia el río grande, dicen que es muy buena gente de buena conversación la de la otra costa; dícenme que la otra mar es muy buena para navegar en canoas porque está muy mansa a la continua, que nunca nada brava como la mar de esta banda según los indios dicen; yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad muy gordas y que tienen cestas de ellas los Caciques y que también las tienen todos los indios e indias generalmente, este río que va desde este Cacique Comogre a la otra mar, antes que llegue allá se hace tres brazos y cada uno de ellos entra por sí en la otra mar; dicen que por el brazo que entra hacia el Poniente vienen las perlas a rescatar en canoas a casa del cacique Comogre; dicen que el brazo que entra hacia el Levante entran las canoas con oro por todas partes que es cosa increíble y sin ninguna comparación y pues, que de tan gran tierra adonde tanto bien hay Nuestro Señor le ha hecho Señor no la debe de echar en olvido, que si Vuestra muy Real Alteza es servido de me dar y enviar gente, yo me atrevo a tanto mediante la bondad de Nuestro Señor de descubrir cosas tan altas y adonde puede haber tanto oro y tanta riqueza con que se puede conquistar mucha parte del mundo, y si de esto Vuestra muy Real Majestad es servido para en las cosas que acá son menester de hacer, déjeme Vuestra muy Real Alteza el cargo.

Muy poderoso Señor una merced quiero suplicar a Vuestra Alteza me haga porque cumple mucho a su servicio, y es que Vuestra Alteza mande que ningún Bachiller en Leyes ni otro ninguno sino fuere de Medicina pase a estas partes de la tierra firme so una gran pena que Vuestra Alteza para ello mande proveer, porque ningún Bachiller acá pasa que no sea diablo y tienen vida de diablos, y no solamente ellos son malos más aún hacen y tienen forma por donde haya mil pleitos y maldades.

(De la villa de Santa María del Antigua de la provincia de Darién en el golfo de Urava oy jueves a 20 de enero de 1513 años. De vuestra alteza hechura y crianza de sus mui reales manos i pies besa. Vasco Núñez de Balboa).


miércoles, 18 de octubre de 2023

PEDRARIAS Y SUS CAPITANES

 

PEDRARIAS: Artículo tomado del diario “La Estrella de Panamá”.    http://laestrella.com.pa/panama/nacional/odiado-conquista-leyenda-negra-pedrarias-davila/23960472  





TEXTO tomado con fines académicos.

Algunos segmentos se han tomado de la obra: Crónicas de Castilla del Oro de Rubén darío Carles.

Pedro Arias de Ávila:  El más odiado de la Conquista: la leyenda negra de Pedrarias Dávila.

En vida, Pedrarias Dávila gozó de honores, prestigio, poder y cercanía a la Corona de Castilla En contra de la prevalente noción de que la Conquista de América estuvo siempre en manos de los elementos menos educados de la sociedad española, la expedición que llevó a Pedro Arias Dávila hacia el istmo centroamericano en 1514 llevaba consigo ‘la más lúcida gente que de España haya salido', según las crónicas de Pascual de Andagoya

Los veinte buques que salían en abril de 1514 de San Lucar de Barrameda, llevaban a bordo nobles, hidalgos, militares y sacerdotes, algunos de los cuales se convertirían con los años en prominentes figuras de la historia americana: Hernando de Soto (futuro conquistador de Florida); Diego de Almagro (conquistador de Perú); Sebastián de Belalcázar (de Quito); los historiadores Gonzalo Fernández de Oviedo y Bernal Diez del Castillo y el obispo del Darién Juan de Quevedo.

Decepcionado por el resultado de los primeros 15 años de la Conquista, sobre todo el fracaso en la búsqueda del ansiado paso hacia las Indias y abrumado por los grandes problemas de La Española, con esta nueva expedición el rey Fernando El Católico deseaba impartir un giro más serio a su empresa.

Pedro Arias Dávila, de una de las mejores familias de Segovia, ligada durante varias generaciones a la Corona de Castilla, encarnaba ese nuevo espíritu que buscaba el rey para las colonias.

Los Arias, judeoconversos, gozaban de gran fortuna y aprecio en la corte. El mismo Pedrarias había sido paje de Juan II (padre de la reina Isabel) y compartido aventuras militares con Fernando y su esposa Isabel en Granada, Francia y Portugal.

La esposa de Pedrarias, Isabel de Bobadilla y Peñalosa, había aportado al matrimonio un tal vez mayor enclave en la corona, si se quiere, a través de su tía, Beatriz de Bobadilla. Esta era una de las mejores amigas de infancia y gran apoyo de la reina Isabel. Era tal la ascendencia de esta, que se decía comúnmente en la época que ‘en Castilla, sino es la reina, es la Bobadilla".

Por derecho propio, Pedrarias era un ‘súper hombre' de alta estatura, tez blanca, ojos verdes, cabello rojizo y excelente destreza en el manejo de la lanza (ganaba todos los torneos en los que participaba), por lo que en su juventud había sido apodado ‘El Galán' y ‘El Justador'.

Su fortaleza física era tal, que, a sus más de 60 años, en la campaña del norte de Africa, había sido el primero en escalar la fortaleza de Orán y Bujía, donde, según la crónica de su tiempo, ‘mató con sus propias manos al alférez moro'.

Al momento de ser nombrado gobernador de Castilla Aurífera —un territorio inexplorado que comprendía desde lo que hoy es Nicaragua hasta el norte de Colombia— Pedrarias tenía más de 70 años y arrastraba varias enfermedades. Su carácter malhumorado incluía extrañas manías, como la de llevar consigo a todas partes un ataúd, en el que se introducía cada año para escuchar una misa por la salvación de su alma.

Para la empresa colonial el rey lo había investido de gran poder, con el que debía cumplir una serie de detalladas instrucciones (las reales cédulas). Estas básicamente lo comprometían a controlar y ampliar los territorio ocupados en Tierra Firme, para lo cual debían hacerse nuevas expediciones, fundarse poblados, además de cristianizar a los nativos para cobrarles impuestos. A los indígenas que no quisiesen colaborar, previa lectura del llamado Requerimiento, se les haría la guerra.

Aunque las cédulas hacían ver que debía evitarse el maltrato gratuito a los indígenas, esto se contradecía con el resto de las especificaciones, que ponían énfasis en obtener los máximos beneficios lo antes posible.

En forma privada, de boca del rey, Pedrarias llevaba otra instrucción: la de iniciar, previa investigación, un juicio contra un aventurero de cuarenta años que había usurpado, contrario al orden real, el mando en la población de Santa María la Antigua, en el Darién. Su nombre: Vasco Núñez de Balboa.

LLEGADA

Después de 4 largos meses, la expedición de 22 buques llegaba por fin a su destino, el puerto de Santa María del Darién, el día 30 de agosto de 1514.

Al arribo del enorme contingente de barcos, cuentan los cronistas, Balboa se encontraba en calzones y alpargatas, enseñando a un grupo de nativos a colocar correctamente un techo de paja.

Balboa se acicalaría rápidamente para recibir a los recién llegados en la playa, acompañado de algunos de los 515 colonos y 1,500 indígenas que componían el pequeño poblado.

Mal vestido, sudado y confundido, llegaría a tiempo para ver descender de la nave capitana a Pedrarias, vestido elegantemente de seda y brocado, de la mano de su esposa, y seguido de un cortejo de oficiales reales y capitanes, formados en tropa, tras el obispo y demás sacerdotes.

La llegada del nuevo gobernador supondría un cambio radical en la forma de vida de los colonos y la pérdida de la paz, tranquilidad y sentido del propósito que disfrutaban desde que Balboa había tomado el mando, por medios poco ‘ortodoxos', de Martín de Enciso y Diego de Nicuesa.

Gracias al gran carisma natural del que gozaba Balboa, españoles e indígenas habían establecido no solo relaciones cordiales sino un proceso de intercambio cultural enriquecedor. Los primeros habían dado apoyo a los caciques amigos para guerrear contra sus enemigos. A cambio, los naturales les proveían de guía, facilidades para conseguir oro y alimentos.

La llegada de 1,500 personas nuevas, con otro talante, proclives al maltrato y abusos, con armas poderosas, y dando muestras que venir a quedarse, hizo cambiar la actitud amable de los indios.

REUNIÓN PRIMERA

Aunque en un principio, Pedrarias y Balboa intentaron mantener las apariencias, la desconfianza entre ambos hombres era demasiado fuerte.

Mientras que el primero temía acabar como Ojeda o Nicuesa, Balboa sospechaba de los poderes establecidos y de su capacidad para tronchar su autonomía y sueños de aventuras y conquistas.

Los meses siguientes, Pedrarias se mantuvo esperando que el rey le hiciese llegar las instrucciones para hacer finalmente el juicio a Balboa por sus delitos pasados. Sin embargo, para su sorpresa, el 20 de abril del año 1515, llegarían a Santa María dos carabelas portando órdenes reales muy diferentes: Balboa había sido nombrado gobernador de Panamá y Coiba y Adelantado del Mar del Sur, un título de gran prestigio en reconocimiento al descubrimiento de este mar, en septiembre de 1513.

En su carta, el rey le pedía a Pedrarias que favoreciese a Balboa y que se dejase aconsejar de él, que tanta experiencia tenía ‘en las cosas de Indias'

Las nuevas consideraciones dadas por el rey a Balboa no gustaron nada a Pedrarias ni favorecieron la relación entre ambos, que durante los próximos cinco años de convivencia en Darién, mantedrían una clara enemistad, con sus altas y sus bajas.

Ninguno de los dos cejaría en su empeño de convencer al rey de los defectos del otro. Los Archivos de Indias recogen las cartas enviadas en que ambos se acusan mutuamente de envidia y avaricia. Balboa, por su parte, añadía a Pedrarias las acusaciones de vago, viejo y enfermizo y de no castigar los desmanes de sus capitanes.

A la muerte del rey Fernando, los enemigos de Pedrarias, encabezados por fray Bartolomé de las Casas, lograrían convencer al nuevo monarca, Carlos I, de la maldad de Pedrarias.

El rey acordó sustituirlo por el entonces gobernador de Canarias, Lope de Sosa.

Como es de esperarse, al conocer de su próxima destitución, Pedrarias culpó a Balboa y en el mes de enero de 1519 entabló acusación por rebeldía en contra de él. Después de un proceso oscuro llevado a cabo por Gaspar de Espinosa, alcalde de Santa María la Antigua, el adelantado fue decapitado junto con un grupo de sus más fieles seguidores.

La última de sus faltas había sido poner a circular en la colonia unas cartas falsas del rey, para favorecer su viaje de conquista del Perú, tierra dorada y soñada por él durante muchos años. Su injusta (?) ejecución, el 15 de enero de 1519, con tan altas promesas y posibilidades, acrecentaría y mitificaría su figura, no exenta de faltas.

Por su parte, el que algunos han llamado un ‘el malvado más amado por el destino', tuvo mejor suerte.

El barco que transportaba a Lope de Sosa llegaría a la colonia el 18 de mayo de 1520, portando su cadáver. Había fallecido un día antes de desembarcar.

Pedrarias sepultó a Sosa en la catedral con la mayor solemnidad y honores y siguió provisionalmente como gobernador interino. Pero tuvo la astucia de enviar a España a su esposa y a su hijo Diego, con un gran cargamento de perlas, para que estos convenciesen al rey Carlos de mantenerlo como gobernador.

El rey, empeñado en su Guerra de las Comunidades, en España, lo confirmó en el puesto en septiembre de ese año. Finalmente, Pedrarias sería removido de su puesto. Pero lograría ser enviado a Nicaragua, donde gobernaría desde marzo de 1528 hasta su muerte, el 6 de marzo de 1531, en la ciudad de León, a los 91 años de edad, por "vejez, pasiones y enfermedades".

En Panamá, el apodado ‘Galán', ‘Justador', o la ‘Ira de Dios', según De las Casas, haría importantes aportes como la fundación de la ciudad de Panamá y la de Natá, así como la construcción de un camino entre la costa pacífica y la caribeña. También hizo expediciones de reconocimiento.

Sin embargo, durante siglos, Pedrarias ha pasado a encarnar todas las ‘leyendas negras' de América, al punto de ser considerado por algunos historiadores como ‘el personaje más odiado de la Conquista'.

En el año 2000, cuando se descubrieron sus presuntos restos en Nicaragua, junto con los de un subalterno llamado Hernández de Córdoba, a quien había hecho decapitar (¿suena conocido?) el Ejército de Nicaragua honró con 21 cañonazos los restos de Hernández de Córdoba. Los de Pedrarias no solo no recibieron este honor, sino que fueron sepultados a los pies de aquel.

 

ANDRÉS DE GARABITO (Tomado de Crónicas de Castilla del Oro):

 Andrés de Garabito, el mal amigo, causante o  directo  responsable de que le cortaran la cabeza a Vasco Núñez de Balboa, mereció siempre la confianza de Pedrarias, quien le nombró teniente gobernador en el pueblo de Acla. Años después pasó a León-Nicaragua-donde murió trágicamente.

JUAN DE AYORA (TOMADO DE Crónicas de Castilla del Oro):  “Otra expedición se organizó en agosto de 1514 al mando del capitán Juan de Ayora y de los tenientes Fernando de Meneses y Francisco Ávila, quienes dejaron establecidos en fuerte de Santa Cruz en tierras del cacique Comagre bajo las órdenes del capitán Juan de Zorita.

    “De Santa Cruz los expedicionarios de Ayora siguieron adelante… Con el resto de la expedición Juan de Ayora trasmontó la cordillera que mira a la Mar del Sur.

   Tal recorrido por estas tierras que eran dominios de los caciques Pocorosa, Tubanamá y Secativá, ha hecho célebre por su trato cruel al capitán Ayora “el que asaltaba en noche los poblados indígenas, les robaba el oro, les secuestraba sus mujeres e hijas y a los que huían echábales los perros mordedores, de tal manera que no dejó caciques ni indio en paz”.

BARTOMOLÉ HURTADO (Tomado de Crónicas de Castilla del Oro):   Salió de Santa María en busca de informes de la expedición de Ayora y regresó con crecido número de prisioneros nativos de los cuales dio seis al gobernador, otros seis al obispo y cuatro a cada uno de los funcionarios de la colonia, para así librarse de un merecido castigo por sus atropellos y haber reducido a la esclavitud a los indios que encontró a su paso.

FRANCISCO BECERRA (Tomado de Crónicas de Castilla del Oro) Fue otro de los escogidos por Pedrarias para hacer un recorrido por las tierras de Comagre y Tubanamá hasta alcanzar el Golfo de San Miguel.

     Su expedición fue tan exitosa que trajo consigo más de trescientos indios en cuerda y más de siete mil pesos de todo lo cual tocó gran parte a Pedrarias y a los Oficiales Reales.

     Sin lugar a dudas Becerra fue uno de los capitanes que cometió mayores crueldades con los nativos del Darién. De él cuentas los cronistas de la conquista, la villanía y maldad que cometió con los caciques de El Suegro y El Quemado.

     Al cacique Mohe lo denominaron “el suegro” porque al llegar los cristianos a sus dominios sus jefes le robaron sus cuatro hijas, de tal manera que en forma burlona le llamaron el suegro.

     Al otro cacique le llamaron el Quemado porque sin otra causa que no dar oro lo sometieron al tormento del hierro candente.

GASPAR DE MORALES (Tomado de Crónicas de Castilla del Oro):   Una nueva expedición al mando de Gaspar de Morales acompañado de Pizarro alcanzó la Mar del Sur por las tierras de Chiapes y Tumaco y embarcándose en cayucos indígenas visitó el archipiélago de las Perlas, donde gobernaba Terarequí, el que después de ser vencido en batalla le entregó al vencedor una canastilla de perlas en las que figuraba una muy valiosa, del tamaño de una nuez pequeña, la que fue obsequiada a la reina.

    Al sentar pie en la isla más grande, que Balboas denominó Isla Rica, le dio el nombre de Isla de las Flores. De regreso al continente Morales alcanzó la  punta de Garachiné  vistó las tierras de Birú y Chocama, en donde ordenó el degollamiento de trescientos indios cautivos que tenía en rehenes, entre éstos niños de pecho que morían en los brazos maternos, pensando que con medidas tan horrendas atemorizaría a sus perseguidores.

DIEGO DE ALBITEZ: Hizo que el cacique Chagres comprara su libertad con seis mil pesos oro.

GONZÁLO DE BADAJOZ:  (Tomado de Crónicas de Castilla del Oro): Realizó una excursión hasta las entonces desconocidas tierras de occidente. En su recorrido visitó Totunaga, Tataracherubi, Tabor, Pananomé, Nata, Escoria y Antatara (señor de París). Al comienzo la expedición se desarrollaba sin ningún incidente de guerra porque los indios huyeron a lo más abrupto de sus montañas o rindieron a los conquistadores su más sumiso vasallaje, ofreciéndole como tributo valiosas joyas de oro cuyo valor ascendió a  80,000 pesos. Al llegar a los dominios de Antatara, cacique de París, éste dejó la tierra desierta a los invasores , remontándose a las montañs con sus mujeres e hijas. Invitado por Badajoz para que viniera a su presencia el cacique rehusó hacerlo, pero le mandó como presente dos canastas tapizadas  de cuero de venado, repletas de joyas de oro, collares, narigueras, pectorales de gran valor. Este rico presente aumentó la codicia de Badajoz, quien atacó de sorpresa el poblado del cacique para hacerlo prisionero y exigirle como rescate mayor cantidad de oro. Tal actitud del capitán español movió al indio a buscar los medios para atacarle los medios para atacarle de forma ventajosa. Hízole conocer que las riquezas de la tribu estaban escondidas en las serranías del sur de la Península, en las montañas del Quema. Interesado por el oro Badajoz dividió su s tropas compuestas de 130 expedicionarios y en persona caminó toda una noche para el amanecer no encontrar sino una choza desolada en medio de la cordillera. Divididas las fuerzas de los invasores los indios atacaron con gran ímpetu a los que quedaron, prendiéndole fuego al campamento español y no hubiera quedado hombre vivo si Badajoz no hubiera acertado a llegar pronto en auxilio de sus compañeros. Atacada por todas partes  la gente de Badajoz hizo un esfuerzo para salir de este cerco de muerte, dejando en el campo de batalla sesenta castellanos y todo el oro que habían recaudado a lo largo de su recorrido entre Nombre de Dios y el Golfo de Parita.

GASPAR DE ESPINOZA (Tomado de Crónicas de Castilla de Oro):   Varios hechos describen los eventos más importantes ligados a este conquistador. 1. La participación en el juicio en contra de Balboa y el uso de las naves que construyó Balboa, para explorar el Pacífico y luego regresar por tierra desde Punta Burica hasta Panamá en el año 1521. 2. La expedición para castigar a Pocorosa y luego la recuperación del tesoro perdido por Badajoz. En tierras de Pocorosa fue informado Espinoza del desastre de Badajoz en las tierras de París  e inmediatamente pidió autorización a Pedrarias para luego castigar a Pocorosa seguir hacia el occidente y rescatar el rico botín que los guerreros de Antatara habían quitado de las manos de Badajoz. Espinoza avanzó por la tierras de Comagre, Pocorosa, Tubanamá los que habían reunido tres mil combatientes para oponerse a su avance, pero al verse atropellaos por los caballos que los jinetes les echaban encima recibieron un gran espanto y en su pánico cada cual trató de salvarse como mejor pudo. Sin embargo, hizo algunos prisioneros los que sometió a los más crueles suplicios para castigar a sí el arrasamiento y muerte de los pobladores de Santa Cruz.  En su avance hacia occidente sorprendió a los caciques Cherú y Natá. “Eran tantos bohíos que había en la aldea de Natá-dice Espinoza-que creo que no hubo nadie que no se espantasey tuviese temos de ver tanta población. Hallamos allí infinito maíz y tantos venados que los que les vimos los apreciamos en trescientos e infinito pescado salado e muchos patos e pavos y toda comida de indios en mucha abundancia”. Fue el cacique Natá quien informó al  invasor que todos los tesoros que había perdido Badajoz estaban en poder del distante Antatara, señor de París. Cuidadoso de no dejar en libertad enemigos a sus espaldas, para que no le sucediera lo mismo que a Badajoz, Espinoza avanzó por las tierras de escoria y comisionó al capitán Bartolomé Hurtado su sometimiento. Sorprendido en la noche el cacique fue hecho prisionero y así acompañaban en cautiverio a los invasores los caciques Cherú, Natá y escoria.  Después de cruzar el escoria, hoy río Santa María, el capitán Diego de Albitez avanzó con 90 soldados por el territorio que forman las provincias de  Azuero. Saliéronle a cerrar el paso 4 mil combatientes a las órdenes del propio cacique Antatara y después de dura refriega entre cristianos e indígenas decidió la batalla  la llegada de los refuerzos que traía Espinoza…..  Informado Espinoza de que el cacique  mantenía ocultos sus tesoros en la serranía de Quema mandó tras él hasta el final de la península a Diego de Albítez y logró establecer con los caciques conversaciones amistosas y valiéndose de buenas maneras logró recuperar parte del tesoro quitado a Badajoz, cuyas joyas de oro valían más de ochenta mil castellanos.